A mediados de la década de 1980, una pareja joven compró su primera casa, una propiedad en ejecución hipotecaria con un patio cubierto de maleza. Sin los medios para excavar y replantar, uno de los propietarios utilizó durante años un herbicida de uso común para despejar y mantener el terreno, creyendo que era seguro.
En 1999, el propietario fue diagnosticado con linfoma no Hodgkin a la edad de 43 años y tuvo que someterse a casi una década de quimioterapia. Para 2007, la enfermedad había empeorado, provocando parálisis temporal y la necesidad de depender de un ventilador y una sonda de alimentación durante más de cinco meses. Tras una extensa rehabilitación, recuperó la movilidad y ha permanecido en gran medida en remisión.
A pesar de que la investigación médica ofrece conclusiones contradictorias sobre los riesgos asociados con la exposición prolongada a ciertos productos químicos domésticos, establecer una conexión directa en los tribunales ha sido un desafío legal. Sin embargo, eso no detuvo a nuestro equipo legal y al final este caso resultó en un acuerdo de $5 millones, uno de los más grandes jamás alcanzados por exposición residencial a productos tóxicos.
Área(s) de práctica: Lesiones Personales, Producto Defectuoso
Tribunal: San Diego
