Las enfermedades de transmisión alimenticia no son un problema local, sino un riesgo nacional. 

Septiembre es el mes nacional de la educación sobre seguridad alimenticia para hacer conciencia sobre un problema que afecta a 48 millones de personas al año en los Estados Unidos. Traducido, esto significa que aproximadamente 1 de cada 6 personas en Estados Unidos se enferma por ingerir alimentos, lo que provoca aproximadamente 128.000 hospitalizaciones y casi 3.000 muertes. 

Expertos dicen que suministro alimentario de EEUU es seguro pese a brotes y retiros de comida

E. Coli, Norovirus y Salmonella: Las tenemos en la mira. 

La Escherichia Coli, o más comúnmente conocida como E. Coli, es una reconocida especie de bacteria que suele vivir en los intestinos humanos. Como la mayoría de las enfermedades de transmisión alimenticia, esta puede entrar en el organismo a través de alimentos o agua contaminados, y suele ser la causa de brotes de enfermedades de transmisión alimenticia en todo el mundo.  La ingestión de alimentos contaminados que contienen determinadas cepas de E. Coli puede causar en las personas síntomas que van desde la diarrea a los dolores estomacales, vómitos y fiebre.  

En Estados Unidos, sin embargo, el norovirus es la causa más frecuente de enfermedades transmitidas por los alimentos. Los síntomas causados por el norovirus pueden comenzar tan pronto como 12 horas y hasta unos pocos días después de ingerir alimentos o agua contaminada. Como algunos sabrán por experiencia propia, los vómitos en proyectil pueden ser uno de los primeros signos de exposición, seguidos de diarrea y calambres estomacales, en algunos casos, dolor de cabeza, fiebre y dolores musculares. 

Otro de los causantes de las enfermedades de infección alimenticia es la bacteria de la Salmonella, una de las infecciones gastrointestinales más comunes en Estados Unidos. De hecho, el Centro para el Control y la Prevención de Enfermedades de Estados Unidos (CDC) calcula que cada año cerca de 1,35 millones de personas se infectan con esta bacteria, lo que provoca más de 400 muertes.  Una vez infectados, los síntomas de la salmonelosis aparecen en un plazo de 6 horas a 6 días. Estos síntomas pueden ir desde fiebre y calambres estomacales hasta diarrea. En la mayoría de los casos, las personas pueden recuperarse en una semana sin necesidad de tratamiento médico. Sin embargo, la salmonelosis, como muchas otras enfermedades transmitidas por los alimentos, puede suponer un mayor riesgo para determinados sectores de la población, como los adultos mayores de 65 años, los niños menores de 5 años, las mujeres embarazadas, los fetos en desarrollo y las personas con enfermedades preexistentes como cáncer, VIH, enfermedades autoinmunes y diabetes. 

Las enfermedades transmitidas por los alimentos acechan en todos los rincones de nuestra dieta 

La Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA) ha identificado los siguientes alimentos como los que representan las tasas y los riesgos más elevados de infecciones alimenticias:  

Además de ingerir los alimentos de los que pueden proceder las bacterias de la salmonela, el norovirus o la E. coli, también se debe tener cuidado con la posibilidad de que las personas también se expongan a bacterias y virus que causan dichas enfermedades a través de personas que manipulan los alimentos de forma incorrecta y contaminan de forma cruzada alimentos que, de otro modo, serían seguros. Por lo tanto, en esos casos, tenga en cuenta que aunque los alimentos estén infectados pueden y suelen tener un aspecto y un olor normales.   

Cómo prevenirla 

Evitar que la salmonela, el norovirus o la E. coli contaminen los alimentos y a las personas es un proceso bastante sencillo que sólo requiere una cosa: lavarse las manos. Se sabe que también se pueden contraer bacterias y virus de las manos contaminadas de alguien que no se lavó correctamente las manos tras ir al baño. Todos hemos visto los carteles que dicen: «Los empleados deben lavarse las manos antes de volver al trabajo». Está claro que hay una razón para ello. Pero todos hemos vivido la situación de ver a alguien salir de un baño, mirarse en el espejo, arreglarse el pelo e... irse; sólo para verlo más tarde detrás del mostrador tomando tu pedido o preparando tu comida. Pero si no se puede confiar en que un empleado que hace esto realice las tareas más rudimentarias para mantenernos seguros, ¿deberíamos confiar en que siquiera practique cualquier otra medida necesaria para mantener seguros nuestros alimentos? 

Los cuatro pasos de la salubridad alimentaria 

La última línea de defensa contra las enfermedades transmitidas por los alimentos es poner en práctica las cuatro conductas básicas de manipulación segura (limpiar, separar, cocinar y refrigerar) y asegurarse de que los demás las cumplen. No solo tenemos que hacer estas cosas en nuestras cocinas, sino que mantener estos estándares con los restauradores, fabricantes de alimentos y cualquier proveedor que elija ofrecernos sus productos alimenticios para el consumo. Es la única forma de mantener a salvo nuestros alimentos y, a su vez, a los demás. Así que haz lo siguiente 

- Limpiarse las manos: Lávate las manos, los utensilios y las superficies donde se preparan los alimentos con agua y jabón, especialmente después de tocar carne, aves, huevos o marisco crudos. 

- Separar los alimentos:Mantén la carne, las aves, el marisco y los huevos crudos alejados de los alimentos cocinados o listos para consumir, como ensaladas y charcutería. 

- Cocinar los alimentos: Caliente los alimentos a la temperatura adecuada para eliminar los gérmenes y evitar así el consumo de carne cruda o poco hecha. 

- Refrigerar los alimentos:Refrigere los alimentos de inmediato para evitar que los gérmenes crezcan en ellos. 

¿Qué ocurre si has resultado gravemente afectado por una enfermedad de origen alimenticio?

Hay derechos que lo protegen a usted o a sus seres queridos en caso hayan sido afectados traumáticamente por una enfermedad transmitida por alimentos por el descuido o a su apatía. En California, una persona tiene derecho a presentar una demanda contra una empresa o una persona y/o su empleador si estos le proveyeron de alimentos que «no eran aptos para el consumo humano» y causaron una enfermedad. Para probar esto, la víctima de una enfermedad transmitida por alimentos debe demostrar lo siguiente: 

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